Los seres humanos han llegado a ser maestros en el sometimiento de los animales, al mismo tiempo que conservan su autonomía cerebral, es decir, su ego-auto-centrismo, de hecho son sojuzgados a las finalidades de sus sometedores y se han convertido sobre todo en maestros del sometimiento del hombre por el hombre [cursivas añadidas] (Morin, 2006, p. 207).